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Marcel P.
martes, 28 de enero de 2020
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Gafas del sol
Moda
¿Por qué se aconseja llevar gafas de sol?
No llevarlas en los días muy claros puede hacer peligrar nuestra vista
Cuando hablamos de los daños que produce el sol solemos pensar directamente en la piel. Sin embargo, los rayos ultravioleta también pueden perjudicar los ojos; razón más que suficiente para salir de casa siempre con las gafas, especialmente en los días de sol.
Daños oculares
La radiación solar es más perjudicial para los ojos de lo que pensamos. Puede dañar ciertas proteínas oculares y la retina. Los rayos ultravioleta pueden aumentar el riesgo de desarrollar ciertas patologías como la degeneración macular (el trastorno más común de la pérdida de visión por la edad), fotoqueratitis (la sobreexposición produce ceguera temporal o manchas en la visión) y cáncer.
En determinados casos, ponerse gafas es imprescindible si “la luz se refleja en el agua, la nieve o en las lunas del coche, ya que la reflexión hace que el daño se duplique.”
Por tanto, nadie está dispuesto a correr ese riesgo, así que lo mejor es confiar en las gafas como nuestro ángel de la guardia Podemos encontrar gafas de todas las formas, tamaños, colores, opacidad y precios. Excepto por el tamaño, hay poca diferencia entre los demás factores. “Lo más importante es que bloqueen el 99% de los rayos UVA y UVB”.
¿Cómo podemos verificar este dato con exactitud? “Debe poder leerse en una etiqueta pequeña en algún lugar”
El tamaño de las gafas sí es importante. Según Foster, nuestra experta, “cuanto mayor sean, mejor; con las redondas tipo John Lennon los rayos entran por todas partes”. Un estudio llevado a cabo por investigadores suizos en 2018 concluía que las gafas grandes son más efectivas que las menores dado que aportan la mayor protección ante la radiación.
No siempre ni en cualquier parte
Hay momentos en los que puede no ser conveniente ponerse gafas de sol. Los estudios han demostrado que los fotorreceptores que sen encuentran en el ojo son fotosensibles y ayudan a regular el reloj biológico del organismo; algo fundamental para sentir apetito, sueño, etc. Las personas expuestas a mucha luz durante la mañana suelen conciliar mejor el sueño que el resto. Ponerse gafas desde muy temprano puede alterar estos “biorritmos”.
Foster aconseja no usarlas antes de las 9 o 10 de la mañana. “A menos que se mire directamente al sol, la intensidad de los rayos de la mañana no es perjudicial”. Exponer nuestros ojos a la luz natural ajusta el “reloj interno” del organismo.